Criptografía sobre el posible autor del Manuscrito Voynich (página 2)
A finales del pasado siglo se creó el Proyecto
E.V.M.T. (European Voynich Manuscript Transcription) a
cargo de Gabriel Landini y René Zandbergen,
cuya misión ha
sido transcribir a signos latinos
el manuscrito entero; posteriormente se han unido al proyecto expertos
de todo el mundo e incluso ha aparecido en Internet una lista de correo
a la cual pertenece el autor. Este grupo ha
creado E.V.A. (European Voynich Alphabet), un grupo
de signos que permiten transcribir su contenido a caracteres
latinos: gracias a E.V.A. y a las páginas y
documentos
depositados en Internet cualquier persona puede
"leer" todas las página del manuscrito, elaborar su propia
traducción del voynichés a
otros idiomas (p. ej. el español) o
incluso intentar encontrar sentido pleno al texto.
Al transcribir el Manuscrito Voynich utilizando este
convenio es posible "leer" las páginas del mismo con mayor
facilidad que con cualquier otro convenio anterior; al hacerlo
así el lector comprobará que las palabras repetidas
son comunes siendo una de las más abundantes la que se lee
como qokedy (4oKc8g): el folio 78 (derecha- click)
recto muestra dos
"piscinas" de líquido verde en las que se bañan
desnudas 7 y 8 ninfas respectivamente, pero es el texto que cubre
toda la parte izquierda del folio el que más llama la
atención. En efecto, basta con empezar a
leer las primeras líneas para tropezar con llamativas
repeticiones de la palabra qokedy o de su variante gemela
(qokeedy) siendo la quinta línea una de las
más curiosas "y citadas en todas las obras" por sus
numerosas repeticiones y alteraciones fonéticas:
qokol otedy qokedy qokedy dal qokedy qokedy r dam
aunque algunas líneas más abajo tropezamos con:
qokeedy kedy qokeey qokedy olol
…esta última incluso presenta dos variantes de la
misma palabra que se diferencian únicamente por la
aparición de dos letras "e" en vez de una (pero,
¿por qué?) Hasta la fecha no hay ninguna
explicación razonada sobre el comportamiento
repetitivo del voynichés y este aparente "baile" de
letras sin sentido, salvo que estemos ante una lengua
sintética apriorística en la cual cada "letra"
codifica "de algún modo" ideas lógicas. Yo mismo he
elaborado algunas posibles explicaciones sobre esta codificación (hipótesis de los "grados de libertad" en
las partículas que forman el voynichés) que,
por su complejidad y extensión, están fuera del
tema que trato ahora en este sencillo trabajo.
Los distintos expertos que lo han analizado (sin éxito
hasta ahora) han emitido varias hipótesis muy
distintas: según unos puede ser un galimatías sin
sentido alguno fruto de un alquimista loco y que, por tanto, no
contiene ningún mensaje; según otros puede tratarse
de un documento de escaso valor (como un
compendio de plantas y recetas
del siglo XV) escrito en una lengua artificial codificada mejor o
peor (los autores trabajaron a mano y cabe la posibilidad de
errores al copiar o transcribir, aunque realmente no se aprecian
correcciones en la obra). Una última hipótesis
indica que puede ser sólo un timo muy bien elaborado, y
mejor presentado, cuyo objetivo fuese
embaucar al crédulo emperador Rodolfo II
ofreciéndole algo que tenía el aspecto de contener
información muy interesante pero que no
valía nada…
El estudio estadístico del manuscrito por parte de
Currier (1973) puso de manifiesto que existen dos tipos
de "escritura" (que él llamó manos,
pensando en las manos de los copistas que lo escribieron), en
función
de la mayor o menor aparición de ciertos signos; el
análisis cuidadoso de las diversas
páginas que lo forman ha demostrado que en realidad fue
escrito por al menos tres, quizá cuatro o
incluso cinco personas distintas que utilizaban una letra
muy parecida: yo mismo he contado entre tres y cuatro
caligrafías diferentes visionando a gran aumento las
copias a color que la
Biblioteca
Beinecke tiene en Internet… la forma de ciertos caracteres, la
"firmeza" de los mismos, la grafía de las terminaciones e
incluso el tamaño de las "palabras" pone de manifiesto
este hecho con toda claridad.
3.
¿DÓNDE SE ESCRIBIÓ?
Un documento tardomedieval como el Manuscrito Voynich hubo
de ser escrito en alguna ciudad que contase con cierta
tradición alquímica y astrológica,
según se desprende del contenido; los análisis de
la escritura,
dibujos,
estilo de los tocados y otros indicios hacen pensar en Europa Central
como lugar más probable para su elaboración, aunque
hay quien apunta al norte de Italia o incluso
a España
como lugar de origen de esta única y extraordinaria
obra.
El que encontremos entre tres y cinco copistas distintos (aunque
con una grafía muy similar) trabajando en el documento, el
que todos conozcan la "clave" (o encriptado) de la obra,
el hecho de que en el manuscrito aparezcan gran cantidad de
plantas distintas (lo que haría pensar en un herbario
medieval típico), diagramas
astrológicos, lo que semejan "recetas" y otra
información diversa hace pensar en un colectivo de
personas eruditas o, cuando menos, que no sólo
sabían leer y escribir correctamente sino que
parecían poseer una amplia biblioteca a su
disposición.
¿Qué tipo de colectivo sabía escribir con
soltura, elaboraba manuscritos y poseía un amplio surtido
de libros de
consulta a su disposición?: un monasterio medieval, lugar
de refugio de la cultura en
tiempos de guerras y
calamidades.
¿Es probable que un monasterio contase con un grupo de
tres, cuatro o cinco monjes capaces de elaborar un sistema
criptográfico complejo y utilizasen signos latinos,
alquímicos o astrológicos para escribir en una
"lengua extraña" un manuscrito misterioso? Yo no lo creo
probable. Es muy dudoso que el abad de un monasterio, por muy
tolerante que fuese, diese permiso a un grupo de hombres
(quizá una parte importante de sus escribas y copistas)
para elaborar una obra distinta a todas las demás, repleta
de quién sabe qué extraordinarios (o
diabólicos) contenidos utilizando un sistema de escritura
extraordinario y, encima, encriptado de modo tan complejo que su
lectura
parezca absurda por la aparente repetitividad de sus ilegibles
palabras…
La hipótesis del monasterio como colectivo de
personas que trabajan juntas en la elaboración del
manuscrito me parece, cuando menos, completamente descabellada;
es preciso mirar en otra dirección para encontrar un colectivo
similar que, ahora sí, llevase a cabo un trabajo de tales
características cumpliendo los mismos requisitos: libros a
su disposición, grafía muy similar entre ellos,
conocimientos de alquimia, astrología y encriptado para ocultar "algo"
que parece valioso.
4. PISTAS
SOBRE SU ORIGEN
Analizando la historia conocida del
Manuscrito Voynich podemos encontrar algunas "pistas" que
nos pueden conducir, quizá indirectamente, hacia un ciudad
y quizá hasta un probable autor.
En primer lugar la carta de
Marci nos dice que la obra perteneció al emperador
Rodolfo II de Habsburgo, quien trasladó su corte
desde Viena a la vieja ciudad "mágica" de Praga en 1583 y
en la cual residiría hasta que fue expulsado por su propio
hermano poco antes de morir.
Otra pista nos dice que lo compró a un desconocido hacia
1586 por la suma de 600 ducados, lo que indica que alguien (el
misterioso vendedor) se lo mostró con detalle
convenciéndole a él, y a sus expertos, de que
realmente contenía algo valioso; no se sabe nada de este
extraño vendedor y por ello, tradicionalmente, se atribuye
esta autoría al matemático inglés
doctor John Dee quien le visitó en septiembre de
1584 en compañía de su ayudante Edward
Talbot alias Kelley.
Edward Talbot alias Kelley
La hipótesis más extendida, que yo mismo he
sostenido en mis diversos trabajos sobre el manuscrito, es que
ambos hombres se lo vendieron: no está claro si
Kelley (o Dee) lo traían ya de Inglaterra "en
donde, según unos, se lo regaló el Duque de
Northumberland tras haberlo encontrado en uno de los
monasterios que expolió y, según otros, pudo
haberlo escrito el propio Dee" o lo elaboraron en la
propia Praga, quizá con la ayuda del atormentado erudito
italiano Francesco Pucci a quien conocieron en esta ciudad
en el verano de 1585. Sea como fuere un año más
tarde el Manuscrito Voynich ve la luz por primera
vez y entra en la Historia.
Estas dos pistas apuntan a Praga como ciudad en la que se
da a conocer el libro a un
posible comprador, quizá porque el autor del mismo
considera que está terminado por completo y puede
presentarse al mundo para su conocimiento,
quizá por la acuciante necesidad de dinero o por
otros motivos que ahora, a cinco siglos de distancia, es
imposible mencionar sin equivocarnos.
Otras dos pistas distintas que aparecen repetidamente a lo largo
de todo el manuscrito son los signos astrológicos y
alquímicos utilizados como "letras", los cuales se unen
entre sí para formar las palabras del
voynichés tal como las conocemos en la actualidad.
Estas dos pistas nos llevan, además, hacia una más
en forma de varios amanuenses distintos (de dos a cinco, como he
comentado) que conocían tanto los signos
astrológicos como los alquimistas,
escribían con una caligrafía muy similar y formaban
parte, por tanto, de un colectivo cerrado (es cerrado en tanto en
cuanto usan un lenguaje
secreto para diferenciarse de los demás: si no buscasen
esta diferenciación y, con ella, la protección de
cierto "secreto", escribirían en caracteres latinos
reconocibles como cualquier persona normal hace usualmente).
Las "plantas" que aparecen al comienzo del documento y
llenan bastantes páginas con lo que parece un completo
herbario de vegetales inventados (ya que ninguno de ellos parece
existir o al menos no han sido claramente identificados: son
frankenplantas, vegetales fabricados con retazos de
otros), en realidad parecen más bien plantas
alegóricas alquímicas que reales: pocos vegetales
contienen raíces que semejan, por ejemplo, perros, vulvas
humanas, garras de animales o
incluso serpientes con ojos…
Praga era famosa en aquella época por la
obsesión del emperador Rodolfo de tener una corte
repleta de magos, alquimistas y sabios de ciencias poco
ortodoxas, repleta de curiosidades mecánicas*,
enanos y gigantes, relojes y otras excentricidades similares que
le hicieron famoso**. La propia corte tenía una
especie de "comité de sabios" que mantenía no
sólo una extensa colección de plantas, sino un
completo taller alquímico dedicado a la obtención
de la piedra filosofal.
Las pistas anteriores apuntan inequívocamente, de nuevo, a
Praga como lugar en el que pudo haber sido escrito el
manuscrito.
*En mi opinión fruto de su contacto con el
ingeniero italiano Juanelo Turriano (Gianello della
Torre, 1501-1575) en Toledo, sede de la corte de su abuelo el
emperador Carlos I, donde construyó para él
diversos ingenios mecánicos.
**Este y otros extraños comportamientos del
emperador Rodolfo se explican más detalladamente en mi
obra "ABC del Manuscrito Voynich".
¿En qué lugar podemos encontrar un grupo de
escribas y copistas expertos en signos alquímicos,
astrológicos y mágicos que tengan una grafía
similar, con una amplia biblioteca a su disposición de la
cual tomaron (posiblemente) diseños de plantas
alquímicas alegóricas, capaces de inventar una
"lengua" basada en estos signos extraños y elaborar un
sistema de encriptado con el cual escribieron lo que parece un
compendio de distintintas disciplinas que deseaban esconder de
los demás?: evidentemente en el estudio de un
alquimista que cuenta con un grupo de aprendices,
colaboradores y ayudantes que procuran imitar su letra por
respeto o por
obligación.
¿Había en Praga un grupo de trabajo similar?:
sí, el estudio del alquimista Simón
Bakalar.
5.
SIMÓN BAKALAR
Antes de ofrecer al lector más información sobre
Simón Bakalar regresemos a la ciudad de
Praga, concretamente al verano de 1584.
En esa época el matemático isabelino doctor John
Dee (1527-1609) arribó a la ciudad junto con su esposa
e hijos y su "mágico" ayudante el fraguador (o falso
alquimista) Edward Kelley (1555-¿1597?), exmancebo
de botica, excopista juzgado por falsificador de documentos de
propiedad y
actual "médium" (skryer) del crédulo Dee.
Habían salido de Londres en septiembre de 1583 rumbo a
Polonia, en donde residieron en el castillo de su patrón
el Conde Laski (también gran aficionado a la
alquimia) hasta que, despedido por éste debido a su falta
de dinero, partieron rumbo a Praga para incorporarse a la
excéntrica corte del emperador Rodolfo en agosto de
1584.
John Dee
Nada más llegar a la ciudad se alojaron en casa del
doctor Tadeus (o Tadeas) Hájek de
Hájek (1525-1600), a quien podemos encontrar en la
bibliografía como
Hájkovi z Hájku (en checo), Hagekc o
Hayek dependiendo de la traducción (Dee le
nombra en sus diarios con el apellido latinizado
Hagecius), médico del emperador, erudito,
astrónomo y autor de varios trabajos sobre la estrella
nova del año 1572, el cometa de 1577, efemérides
astronómicas y otros estudios científicos gracias a
los cuales trabó amistad con el
mismo doctor Dee que ahora recibía en su casa.
Según relata Charlotte FellSmith en su
clásica obra "John Dee" (1909), una de las mejores
biografías
del matemático isabelino que he leído,
Hájek les cedió un "estudio" o gabinete de
trabajo que había pertenecido a su padre. Dejemos que la
autora nos lo relate con sus palabras:
The excellent little study or "stove" (from "stube", German
for study) in Dr. Hageck"s house had been since 1518 the
abode of some student of alchemy, skilful of the holy stone. The
name of the alchemist, "Simon", was written up in letters of gold
and silver in several places in the room. Dee"s eyes also fell
daily on many cabalistic hieroglyphs, as well on drawing or
carving of birds, fishes, flowers, fruits, leaves and six
vessels, all the work, he presumed, of Simon Baccalaureus
Pragensis.
Simon Baccalaureus Pragensis no es más que el
nombre latinizado del padre del doctor Hájek,
Simón Bakalar de Praga (14851551), cuyo verdadero
nombre era Simón Hájek, famoso por el taller
alquímico que desde 1518 (siete años antes del
nacimiento de su hijo Tadeus), mantenía en su casa*
y que contaba con la ayuda y colaboración de
jóvenes aprendices de alquimista.
*Dicha casa, demolida hace tiempo, estaba
situada en la Betlémské Námesti (Plaza de
Belén) próxima a la Betlémská kaple
(Capilla de Belén), no lejos del actual Náprstkovo
muzeum (Museo Náprstek) en la Ciudad Vieja (Staré
Mesto). En ella habitó el también alquimista
David Pratner de Pratno (1622), quizá buscando la
"clave" en ella contenida.
Simón sería también el nombre del joven
hijo del doctor Hájek, Simón Hájek
"con quien Kelley se correría cierta juerga etílica
poco después" que rendía de este modo un
póstumo homenaje a su famoso abuelo.
Según la escasa información disponible en
Internet (¡parte de la misma escrita en checo!),
Simón Bakalar Hájek contrajo matrimonio al
siguiente año (agosto de 1519) con Katerina
Kanhova, viuda del profesor
universitario Mikulas Kanh; al parecer se graduó en la
Universidad de
Praga en 1509, en 1515 fue nombrado Administrador del
colegio de San Miguel y alcanzó el grado de Alcalde en
1519: no estoy equivocado si afirmo que perteneció al
círculo de eruditos, notables y académicos de la
ciudad de Praga.
No he encontrado más información sobre su vida y
obras por lo que, según el dicho "Si no está en
Internet probablemente no existe", poco puede añadirse sin
entrar ya en el terreno de la especulación. Sí
puede mencionarse que dejó escrito algunos libros sobre
ortografía checa como Tabula de
proprietate participiorum et eorum discrimine juxta genera et
tempora (1547) o Tabula congruitatis quarundam locutionum
Bohemicarum (1549) lo cual le convertiría en un
experto lingüista que conocía el tema sobre el que
escribía…
Dee, como ya hemos visto, se alojó en el que
había sido durante muchos años el gabinete de
trabajo de un erudito alquimista cuyas paredes, como hemos
leído de la pluma de FellSmith, estaban cubiertas
de todo tipo de signos, jeroglíficos y motivos
alquímicos, alegóricos y mágicos grabados en
costosas letras de oro y plata
(esto nos hace reflexionar sobre su poder
económico y la riqueza de su familia).
Aunque otros estudiosos ya han demostrado que Dee no pudo
ser el autor del manuscrito, mis propias investigaciones
apuntan en la misma dirección: los horóscopos
elaborados por el matemético isabelino, conservados en la
Bodleian Library de la Universidad de Oxford, o algunas de
las páginas de la copia que poseía de
Ephemerides Novae, repleta de anotaciones marginales,
muestran a una persona extrovertida cuya letra se inclina a la
derecha notoriamente; por otro lado la forma de los
números (como el 4, el 8 o el 2) y ciertas letras (por
ejemplo la "o") que podemos leer en el manuscrito son muy
distintas al modo en que Dee las escribía habitualmente.
Creo, junto con otros estudiosos modernos, que el bueno del
doctor Dee no fue realmente el autor de la obra.
6.
¿QUé ES REALMENTE EL MANUSCRITO VOYNICH?
No puedo decir que haya examinado el Manuscrito Voynich
con mayor atención que los investigadores que me han
precedido, pero sí lo he hecho con bastante cuidado desde
que conseguí copias digitales de sus páginas, en
color y alta resolución, en 2004: en la obra no se
aprecian apenas las típicas correcciones o incluso los
habituales errores que se cometen al escribir (sobre todo si se
está pensando más deprisa de lo que se plasman los
pensamientos), de manera que esta notoria ausencia de errores y
correcciones apunta hacia una "copia en limpio" final: la
transcripción de un documento escrito con un cuidado
extremo de tal modo que la copia esté exenta de todo
error; esto explicaría no sólo la cuidada
caligrafía sino la ausencia de correcciones ya
mencionada*.
*Ciertos añadidos, como una corona a una ninfa o
algunos adornos gráficos con tinta de color, pudieran ser
muy posteriores a la terminación de la obra: sólo
un estudio cromatográfico de las tintas, no llevado a cabo
hasta la fecha, podría demostrar la edad de las mismas y,
de paso, si es una falsificación moderna o un genuino
documento tardomedieval.
¿Qué puede contener el manuscrito?: en mi
opinión el Manuscrito Voynich es una especie de
"compendio", "enciclopedia", "manual" o incluso
"Diario de Laboratorio"
con los conocimientos y experimentos
llevados a cabo por Simón Bakalar y ayudantes en su
gabinete alquímico. En este sentido el manuscrito
sería una obra final o copia "en limpio", transcrita por
cuatro o cinco copistas que trabajaron con sumo cuidado y
atención bajo la severa dirección del alquimista,
que recogería los conocimientos y experiencias recopilados
por Bakalar durante años. Quizá fuese un
manual que los nuevos jóvenes aprendices tenían que
leer (y copiar con parecida letra) no sólo para habituarse
con el sistema de escritura secreta que utilizaban
"utilísimo para esconder de ojos no iniciados los secretos
de las prácticas que realizaban" sino para aprender de
él los conocimientos que, más tarde,
llevarían a cabo delante de las retortas, los hornillos y
los alambiques.
Quizá en las paredes del gabinete de trabajo el propio
Bakalar mandó inscribir, con letras de oro y plata
que pudiesen ser consultadas en cualquier momento, la clave
(entre otros "peces, flores,
frutos, hojas y vasos", dibujos que podemos apreciar en
abundancia en el Manuscrito Voynich) que utilizaban para
ocultar y proteger sus secretos…
El contenido exacto no ha sido posible conocerlo dado que
carecemos de la "clave" con la cual se ha encriptado el
texto y puede que jamás aparezca, pero bien pudiera ser
muy similar al que se encuentra en otras obras
alquímicas de la época
o algo posteriores; así sería posible que
contuviese pasajes tan oscuros como este:
"Cuando el cuerpo del Rey Sol cambie de oro a negro, y
comience a pudrirse en su propio sudor, habrás de mantener
constante la temperatura
del huevo durante dos semanas; entonces sus carnes se
volverán rojas y sabrás que la Gran Obra
está cercana. Por el oriente aparecerán los
colores del
arco iris y sabrás que el Altísimo te ha concedido
la gracia de ver el final de tu obra. Rectifica varias veces tu
rubí mientras rezas devotamente por esta dicha y acrecenta
su poder varias veces, pero sin volverla excesivamente
ígnea ni terrosa. Ya estará lista para diluir una
pequeña porción en el espíritu de un vino
que tú mismo hayas destilado y obtener así el licor
que ansías. Que Dios te dé prudencia en todo tus
días y obras. Amén".
El pasaje anterior, escrito en el típico lenguaje
alquímico hermético de la época,
describe los distintos cambios de color "oro a rojo, rojo a
negro, negro a tonos cambiantes" que ocurren a la materia prima
cuando termina por convertirse en la tan ansiada "piedra
filosofal", descrita en la literatura alquímica
como un polvillo vítreo de aspecto rojo o amarillo (polvos
de proyección).
7.
CONCLUSIONES
Varias pruebas
indirectas apuntan, en mi opinión, hacia la ciudad checa
de Praga como lugar en el que se escribió el Manuscrito
Voynich; por otro lado del análisis de los tocados,
ropas y aspecto de las distintas figuras representadas en el
manuscrito los expertos deducen que fue escrito en algún
lugar de Europa Central, aunque no hay consenso sobre el lugar,
autor o época.
Un estudio estadístico de las abundantes páginas
que lo forman apuntan a que fue escrito por, al menos, dos
personas distintas (las "manos" A y B descubiertas por
Currier) mientras que la lectura
atenta de sus páginas "utilizando las imágenes
de alta resolución de la Biblioteca Beinecke" muestra que
este número ha de ampliarse a tres, cuatro o incluso cinco
personas distintas que conocían la lengua en la que
escribían, ya que prácticamente no existen en el
documento correcciones o modificaciones.
Del contenido (plantas alegóricas de posible naturaleza
alquímica, diagramas astrológicos, partes de
plantas de posible naturaleza médica y lo que pudieran ser
recetas) puede deducirse que los autores imitaban la escritura de
su maestro, disponían de una biblioteca a su
disposición, que conocían tanto la alquimia como la
astrología y que, por la correcta caligrafía,
estaban escribiendo una obra "en limpio" que "quizá"
copiaban de documentos anteriores que podríamos llamar
"borradores previos".
Un grupo de trabajo que reuniese todos los requisitos del
párrafo
anterior podría encontrarse en un monasterio, aunque es
poco probable (por no decir imposible) que los copistas y
escribas de un monasterio dedicasen su esfuerzo y tiempo a
componer una obra de aspecto extravagante escrita en una lengua
no sólo desconocida, sino casi absurda por su alta
redundancia. Sin embargo también podríamos
encontrar un grupo de trabajo similar (con una nutrida
biblioteca, conocimientos alquímicos y
astrológicos, quizá también médicos o
mágicos, con varios escribas y necesidad de pasar a
"limpio" una obra escrita en una lengua secreta de aspecto
extraña) en el gabinete o taller de un alquimista.
Precisamente un gabinete así sería fundado en la
ciudad de Praga, en 1518, por el alquimista y
erudito Simón Bakalar Hájek, padre del
médico y astrónomo Tadeus Hájek quien
sería años más tarde una influyente personalidad
en la corte del emperador Rodolfo II, monarca conocido por
su desmesurada afición a la alquimia, la magia y todo lo
extravagante o raro.
La visita de su amigo inglés Dee pudo ser
aprovechada por Hájek para darle a conocer un
"libro" que su padre escribió en algún momento
entre 1518 y 1525 (quizá incluso algo después: lo
que parece probable, en vista de la historia conocida del
manuscrito, es que el hijo no pudo leer ya su contenido) y que
heredó tras su muerte. Un
libro con una escritura intraducible que quizá Dee,
erudito y criptógrafo de reconocido prestigio,
podría descifrar. De esta época data el comentario
de Arthur Dee (1579-1651) quien dice que durante su viaje
por Europa vio a su padre intentando traducir un libro "que
sólo contenía jeroglíficos", quizá el
mismo documento que hoy llamamos Manuscrito Voynich y que,
a modo de "Diario de Trabajo", contenía los
experimentos, hallazgos y errores alquímicos transcritos
por Simón Bakalar, sus ayudantes y
aprendices* durante sus años como alquimista.
*Los ayudantes o aprendices de alquimista no
podían ser iletrados o incultos: seguramente todos ellos
serían jóvenes vástagos de nobles familias
que estudiarían en el Karolinum, la Universidad fundada
por Carlos IV de Luxemburgo (13161378) en el año 1347.
Es posible que ni Dee fuese capaz de traducirlo por lo
cual, vencido y sin esperanza de encontrar una solución
(una vez perdida para siempre la clave con la muerte de
su padre), el doctor Hájek terminó por
regalárselo o vendérselo al emperador con la
esperanza de que alguno de sus expertos alquimistas y magos
pudiese encontrarle algún sentido.
Esta hipótesis concuerda con el contenido actual del
manuscrito:
· una
sección dedicada a plantas inventadas que parecen ser
alegóricas
· una
sección astrológica
· otra
de contenido poco claro (que se ha dado en llamar
cosmológica)
· una
más dedicada a lo que parecen ser diagramas
biológicos (las famosas "ninfas" o mujercitas desnudas
metidas en "tubos")
· otra
destinada a remedios farmacológicos (con dibujos de partes
de plantas y botes de farmacia)
·
finalmente la última, cuyo contenido puede reflejar bien
recetas médicas, bien las operaciones a
realizar para obtener un producto o
remedio (¿la piedra filosofal quizá?)
El manuscrito actual está incompleto:
quizá originalmente se unieron de modo ordenado pliegos y
cuadernillos de pergamino pero luego se descosieron para
añadir más; quizá en su origen estaba
organizado de distinto modo (como se ha propuesto hace unos
años) o quizá el autor tenía la
intención de irlo ampliando con el tiempo pero,
finalmente, no lo tuvo y "cosió" todo de modo apresurado
poco antes de morir…
8.
RESUMEN
Mi hipótesis de que el Manuscrito Voynich no es
más que un "diario de laboratorio" (quizá
incompleto, alterado exprofeso o incluso recopilado
apresuradamente por algún motivo que ahora desconocemos)
escrito en Praga por los ayudantes del alquimista Simón
Bakalar Hájek con posterioridad al año 1518, es
consistente no sólo con la idea que mantienen los expertos
de que fue escrito en Europa Central entre 1470 y 1550, sino que
es congruente con el aparente contenido de la obra tal como la
conocemos: plantas alquímicas alegóricas, diagramas
astrológicos o astronómicos, remedios
médicos/farmacológicos basados en hojas y
raíces vegetales así como bastantes recetas
¿alquímicas?
También es coherente con la presencia en el texto de la
grafía de entre dos y cinco copistas distintos que
imitaban la letra de su maestro, la disponibilidad de una
biblioteca con abundante material escrito utilizado para realizar
consultas y la utilización de signos alquímicos,
abreviaturas latinas y símbolos astrológicos para elaborar
una lengua artificial secreta (el voynichés) con la
cual escribir dicho "diario" sin que pudiese ser leído
más que por las personas iniciadas en la lectura y
traducción de ese lenguaje; en este sentido los eruditos
conocimientos gramaticales y lingüísticos de
Bakalar serían cruciales para inventar dicha lengua
intraducible…
Los mismos signos que inscribió en las paredes de su
estudio ("pájaros, peces, flores, frutos, hojas y seis
vasos o recipientes", tal como indica FellSmith*)
pueden verse más o menos profusamente en el Manuscrito
Voynich; el que viviese en ella en 1622 el alquimista
David Pratner no parece casual sino intencionado:
también podría buscar en sus paredes la clave
secreta de Bakalar para descifrar el manuscrito que
Tepenecz, recién fallecido, había intentado
traducir previamente en vano.
*Plantas, frutos, hojas y pájaros que bordean
una imagen central,
que muestra a un alquimista y sus ayudantes, pueden verse en una
de las láminas de la famosa obra Theatrum Chemicum
Britannicum de Elias Ahsmole (1652), conservada en la
British Library (239, K. 6).
El documento aparece en Praga hacia 1586 al poco de
la visita del criptógrafo inglés Dee al
doctor Hájek en 1584, lo que puede explicarse de
modo sencillo: sería a consecuencia del estéril
intento de Dee por encontrar una traducción al
voynichés (de ahí el comentario posterior de su
hijo Arthur sobre el libro que contenía
jeroglíficos), trabajo que incluso con la clave delante de
sus ojos "los símbolos y signos representados con letras
doradas y plateadas en las paredes del gabinete de Bakalar que el
propio Hájek puso a su disposición confiando en que
le serían de utilidad" el
erudito Dee no pudo llevar a cabo: Bakalar, fallecido
muchos años antes, se había llevado su valioso
secreto a la tumba.
Esta hipótesis (el manuscrito es una obra alquímica
escrita por alquimistas utilizando una lengua sintética)
se ve reforzada por el interés
que Tepenecz, responsable de la biblioteca del emperador y
también alquimista, demostró por el manuscrito y el
estéril esfuerzo que derrochó en su
traducción durante años: después de
estudiarlo sin poseerlo sería su propietario desde la
muerte de Rodolfo II (1612) hasta la suya propia (1622),
aunque no consta que lograse traducir una sola palabra de la
obra. También explica el desmesurado interés que
George Baresch (c. 1590c. 1665), otro alquimista que
también trabajó en la corte de Rodolfo II,
mostró por ella: a la muerte de Tepenecz quedó como
único propietario del Manuscrito Voynich el cual
trató de traducir en vano, hasta el día de su
muerte, invirtiendo en él ¡casi cuarenta y tres
años!
Es muy posible que con la demolición de la casa del doctor
Hájeck haya desaparecido la clave para traducirlo y que,
por tanto, ya no podamos conocer jamás sus secretos aunque
éstos fuesen de escaso o nulo valor…
Agradecimientos
Quisiera agradecer la ayuda prestada por varios compañeros
de la Lista Voynich en la elaboración de este
artículo, especialmente los mensajes de JeanYves
Artero con útiles direcciones web en las cuales
consultar los escasos datos disponibles
sobre Simón Bakalar Hájek.
Cáceres (España), 19 de septiembre de 2005.
OBRAS CONSULTADAS
·
Enciclopedia Universal Ilustrada. EspasaCalpe (1908).
· John
Dee, Charlotte FellSmith. Constable, Londres (1909).
· Los
libros condenados, Jacques Bergier. Plaza & Janés
(1973).
· El
Tesoro de los Alquimistas, Jacques Sadoul. Plaza y Janés
(1973).
· El
Misterio de las Catedrales, Fulcanelli. Plaza y Janés
(1973).
· The
Voynich Manuscript. An Elegant Enigma, Mary E. D" Imperio. Aegean
Park Press (1980).
· Lo
Inexplicado, Volumen VI,
pág. 134145 y 13981400. Editorial Delta (1981).
·
Diccionario
enciclopédico Larousse. Editorial Planeta (1990).
· El
mito del mago.
E. M. Butler. Cambridge University Press (1997).
·
Enciclopaedia Britannica. (2000).
· The
Queen" s Conjuror: The Life and Magic of Dr Dee, Benjamin
Woolley. Flamingo (2002).
·
Historia de la
Filosofía Oculta, Sarane Alexandrian. Enokia, S.L.
(2003).
· The
Voynich Manuscript, Gerry Kennedy y Rob Churchill. Orion Books
(2004).
· El
misterio del manuscrito Voynich, Gordon Rugg. Investigación y Ciencia
(septiembre de 2004).
· En
Internet (2005): diversas y abundantes páginas
web dedicadas al Manuscrito Voynich, estudios
estadísticos de su contenido, detalladas y densas bibliografías para ampliar
los comentarios aquí expuestos así como sobre la
vida y obras de John Dee, Edward Kelley, Courrier, D"Imperio,
Tadeus Hájek, Simón Bakalar (muy escasas) y otros
personajes que aparecen en este trabajo.
Autor:
Francisco A. Violat Bordonau
Asesores Astronómicos Cacereños
Página anterior | Volver al principio del trabajo | Página siguiente |